Paqui Muñoz

A la Fuente del Pilar.
 
Fue como un milagro volver a oír tu risa,
Tu invisible melena flotando en el cristal.
No podía creerme tu súbita presencia,
Tu voz enmudecida volvía a susurrar.
 
Corrí hasta donde estabas, ansiosa por besarte,
Acaricié tu cuerpo, pétalo de blanca cal
Y sentí renacer en mi piel los recuerdos
Y soñé nuevamente al oírte cantar.
 
Desdentada tu boca se llenaba de nuevo
Del chorro transparente vuelto a resucitar.
Y yo que te creí tan muerto y enterrado
No sabía si soñaba o si eras de verdad.
 
Y vinieron de pronto en tropel los recuerdos
De frondosas moreras, exquisitos manjar.
Primaveras de seda en cárceles de hojas.
Peregrinar de gente camino del Pilar.
 
La piedra desgastada se contempla en tu espejo
Las huellas de las bocas señaladas están
De los cántaros frágiles que llenaban sus vientres
En los labios helados de tu férreo brocal.
 
Eres símbolo vivo de este pueblo tan nuestro
¡La sed de tanta gente pudiste mitigar…!
Tú fuiste el oasis en medio del desierto.
¡Quien te vio no te olvida, mi fuente del Pilar!


DECIR AMOR. 


Decir amor es pensarte
Ubicarte en mi cabeza
Y regresarte…
Es sentir nuevamente
El dolor de mis latidos
Al mirarte.
Decir amor es soñarte
Inventar sonrisas en tus labios
Dibujar con mi lengua
Un corazón, en el cielo
De tu boca…
Decir amor es recordarte
Incendiando las noches
Con tu aliento de hoguera
Y sentir en mi vientre
Carbonizarse la luna.


COMO UN GIGANTESCO INSECTO.
 
Como un gigantesco insecto
Al techo de jazmín, encaramado
Gira sus alas quebrando el aire
En esta tarde de julio aletargado.
Fuera, mi pueblo dormita
Su siesta bajo los sombrajos
De las ramas de esmeralda
De los tórridos naranjos.
Mientras tanto gira el mundo
En su azul ilimitado
Y gira el ventilador
Sobre mi techo encalado.
La tarde de miel caliente
Resbala por el tejado.
El sol lanza sus cuchillos de oro
Sobre los campos.
¡Ay qué tarde de candelas
Y qué hastío más helado!


Calladamente 


Calladamente
Como el llanto de las estrellas,
Como un amor de esos prohibidos
Calladamente
Como la luna besa a la sierra,
Como las hojas agonizantes que caen al río.
 
Calladamente
Fuiste metiéndote hasta mis huesos,
Poquito a poco hasta anegarme el corazón.
Calladamente
Como en la sangre late el deseo,
Como la escarcha prendida al pétalo de una flor.
 
Calladamente
Como la niebla roza a los pinos,
Como aleteo de mariposa en la primavera.
Calladamente
Sueño en silencio que estás conmigo,
En esa lucha, cuerpo con cuerpo de mi trinchera.
 
Calladamente
Me muero lenta como la vida,
Gota a gota me desangro sin tu calor.
Calladamente
Iré cerrándome las heridas,
Calladamente, amor prohibido, secreto amor.

 
 
 Biografía:


Yo nací en un pueblo perdido en la sierra
Prodigiosa década en lo musical
Al filo de un cerro llamado el Verdugo
Entre olivos verdes y casas de cal.
Hambrienta de letras, viví en aquel tiempo,
Tiempos de palmetas y necesidad
De aulas mugrientas y de crucifijos.
Los versos de Lorca me hacían soñar.
En mi adolescencia tuve el primer libro:
“Soledades” que a mí me hizo llorar
Aquellas espinas de Antonio Machado
Ya nunca del alma las pude sacar.
Ya en mi juventud, fue Miguel Hernández
Quien con sus poemas me enseñó a luchar
Contra la miseria que da la ignorancia
Y las injusticias de esta sociedad.
Avanzando el tiempo, la filosofía
Despertó mi anhelo, con Engels y Marx
Y ya nunca, nunca pude distanciarme
Del conocimiento que los libros dan.
La” Razón poética” de María Zambrano
Me dio los motivos para fusionar
La ancestral doctrina con la poesía
Dos formas sublimes de hallar la verdad.




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