Gregorio Mateos Borrego “Gregorio el cura”

 DÍA EMOTIVO Y DE TRISTEZA
 

Mi primera poesía. 

29 de septiembre de 2016

 
Mi corazón llora,
mirando al mar.
Lagrimas secas,
que nadie enjugará.
 
Batiburrillo de cosas,
en mi cabeza está,
buenas, malas, o regular,
con esperanza todo mejorará.
 
Llega la noche, y ni la luna está,
todo es tinieblas, oscuridad.
La tristeza todo lo nubla,
con Dios en tu corazón, te iluminará.
 
Amanece un nuevo día, o gran claridad.
Esperanza de un nuevo amanecer,
ilumínate alégrate, no te apagues nunca,
Él es la Luz, invócale, siempre proveerá.
¿Qué es la esperanza?
sino la dulce luminosidad,
ojos resplandecientes,
mirando una meta alcanzar.
 
Pedalea, pedalea,
no dejes de pedalear,
que la alegría,
a través de las metas está.
 
En el barco, viendo al fondo La Palmas de Gran Canaria.
Despidiéndome de Gran Canaria.
Volviendo a la península. 

 

 HOLOCAUSTOS  
 
Qué pasó por la cabeza
de algunos personajes
hace más de setenta y cinco años,
donde dejaron de ser humanos.
 
Que no se vuelva a repetir,
hoy dijeron algunos dirigentes,
aunque no hayan desaparecido
los genocidios sobre la humanidad.
 
La sinrazón y el racismo
no desaparecieron, están,
siguen los genocidios,
no es Auschwitz, pero hay otros.
 
Las cámaras de gas siguen hoy
ahogando, asfixiando de otra manera;
el Mediterráneo, los ríos,
las fronteras y las vallas.
 
Un día fueron judíos,
gays, gitanos, negros,
discapacitados físicos y mentales.
Genocidio étnico, político y religioso.
 
Hoy son palestinos, magrebíes,
africanos, asiáticos y latino americanos.
Sigue el genocidio étnico,
político y económico.
 
Setenta y cinco años del holocausto,
denuncio todos los holocaustos.
¡Que se acaben los holocaustos!


TRIDUO EN HONOR A NTRA. SRA.  
DEL CARMEN DE PRADO DEL REY
 

“Aquí está la esclava del Señor,
hágase en mí según tu Palabra”
Lc 1, 26-38;

 
PRIMER DÍA, 13 de julio de 2019
 
Delante de Ella, La Carmela:
Don Francisco me bautizó,
Don Cristóbal me dio la Comunión,
Don Rafael me confirmó,
Y Monseñor Bellido Caro
Sacerdote del Señor.
 
Ella, María, la Buena Samaritana,
Mujer de ojos abiertos,
para ver la necesidad
de unos novios en Caná.
Descubrir el momento,
del que está tirado en la cuneta.
 
Ella siempre en camino,
ayudar a su prima Isabel
le llevo a caminar,
a quien la necesite se acercará.
Que tu ejemplo nos ayude,
aprendamos de ti María,
mujer orante, sencilla y entregada,
Ella, mujer de fe, creyó sin entender:
 
SEGUNDO DÍA, 14 de julio de 2019
 
“Anda y haz tú lo mismo”
Dijo Jesús al maestro de la Ley.
“Haced lo que él os diga”
Dijo María a los criados.
 
El intimista primero sólo busca
su salvación particular.
Los segundos el bien total,
donde todos se puedan salvar.
 
Gracias a María, el desastre no llegó.
La madre pendiente de todo está,
su mirar descubre toda necesidad,
su corazón siempre para los demás.
 
Carmela, Poblaora y Alcaldesa,
enséñanos a mirar con los ojos del corazón.
Que hagamos lo que él dice,
eso nos llevará a la felicidad.
El hermano en la cuneta
no nos pesará,
ponernos en camino
de gozo nos llenará.
 
Una mirada radiante nuestros ojos serán,
porque no somos nosotros,
será Dios el que mirará
y fuerzas para caminar,  
cargar, y amar nos dará.
 
TERCER DÍA, 15 de julio de 2019
 
A ti, Poblaora de Honor,
antes de llegar ya estabas,
no te tocó ninguna suerte
donde labrar y cultivar.
 
Tú, como tu Hijo en Jerusalén,
en un borriquillo quisiste llegar,
de Grazalema venías
para en todas las suertes estar.
 
Labrar, sembrar, y cultivar
el Evangelio, fue tu saber estar,
tu dedicación fue sin parar,
los frutos, la cosecha, ahí están.
 
Doscientos cincuenta y un año
de fundación, demuestran
el amor de los pobladores
a la madre de su Señor.
 
Carmela te queremos de todo corazón.
 
 

*Todos los poemas recogidos en su libro "Humus, Humor, Amor"


 A continuación exponemos el prólogo que Miguel Ángel Rincón Peña escribió para el poemario "Humus, Humor, Amor".

"La tarde del día 5 de febrero de 2016, estaba yo navegando por una conocida red social y de repente, apareció ante mis ojos un nombre: Gregorio Mateos Borrego. ¿Sería el mismo Gregorio del que tanto me hablaba mi madre? Entré en su perfil y comprobé que, efectivamente, era él. A partir de ese momento, hemos labrado una buena amistad, basada fundamentalmente en el respeto hacia las creencias de cada uno. Cuando me dijo que le gustaba escribir poemas y me fue enviando algunos de ellos, pude cerciorarme de la sensibilidad que nuestro amigo Gregorio posee. Con todos esos versos que guardaba en el bloc de notas de su móvil, hemos construido esta ‘casa de poemas’ a la que están a punto de entrar. La puerta de Gregorio el cura siempre está abierta, si traspasan el umbral descubrirán a un hombre que se interesa por lo divino, pero también, qué duda cabe, por lo humano. Es esto último lo que más me atrae de su poética, porque, no se puede creer en divinidades sin antes tener fe en el ser humano. No puede uno postrarse ante Dios y rezarle con fervor sin antes haber ayudado a la gente que nos rodea y nos necesita. Eso es precisamente lo que el autor de este libro hace: desvivirse por los demás.  

“Un mundo bello y maravilloso

en nuestras manos está,
cuidar la naturaleza, la biodiversidad,
construir humanidad sin discriminación”.
 

Quien conozca a Gregorio sabe que es un hombre bueno (“en el buen sentido de la palabra, bueno”, parafraseando a Antonio Machado), y ese es el fin que debe perseguir toda persona, al margen de sus creencias políticas y religiosas. Es un duro aprendizaje a lo largo de los años, y el éxito consiste en que al final de nuestro camino miremos atrás y constatemos que lo hemos conseguido. Ese es el verdadero y único éxito personal. Todo lo demás es efímero.  
También escribe el autor al Amor en todas sus formas, por ejemplo, al amor de su vida: su madre del alma. 

“Siempre contenta la encontrarás,
llena de ternura y amabilidad,
Evangelio andante ella es,
mejor cristiana sin abrir la boca.
Como debe de ser,
su testimonio nos honra,
su ejemplo también”.
 

Gracias, amigo, por escribir estos poemas noveles y por permitirnos leerlos.
Por cierto, la puerta de esta pequeña casa que sostiene usted entre sus manos, la ha construido con maderas nobles nuestro colaborador Antonio Cózar".

 




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