Mario Gálvez Velázquez

Pétalos de Otoño 

Quizás éramos tan gas y fuego, que era inevitable acabar en cenizas; o quizás éramos tan Sol y Luna, que tu luz era lo único que me mantenía brillando. Por eso, hoy maldigo las estrellas de mi cielo; que me recuerdan al camino hacia tus brazos. Ahora no tomo ni postre, pues tú siempre eras la guinda a cada noche. En cambio, me pierdo en los vasos de tubo buscando motivos en el fondo, buscando algo; buscando vida… cuando realmente, esa vida se despidió de mí con tu adiós. O quizás, siempre supe que se iría; pero tenía miedo a pasar el invierno solo.

 
A Medias 

El cigarro a medias
Y yo soñando con las tuyas
Yo que odiaba el tabaco  
Y amaba tus caderas
Ahora me mata lo segundo  
Y lo primero no consuela
Ojalá morir en tu primavera
La de lunares y hoyuelos
Ojalá tenerte a mi vera
Y hubiera luz en este cuarto
El vaso a medias
Y el corazón que ni a eso llega
Tu que solo eras mi mitad
Te llevaste mi vida entera
 
 
Prometeo 

No quiero espejos para verme
Si no tengo mi reflejo en tu mirada  
No quiero una libertad forzada
Pudiendo ser preso voluntario de tu amor
“El hombre es un lobo para el hombre”
Citaba aquel filósofo inglés  
Devórame hasta mis fines
Funde en tus yemas cada cicatriz  
Que surjan epopeyas de mi muerte
Y cuenten a los niños con orgullo
Si Cerbero me espera contigo
Bienvenido
Subí al Olimpo y robé la luz
Oscurecieron las polis griegas
Toque con mis yemas la eternidad
Y los dioses sintieron miedo
Yo, un simple mortal; conocí la eternidad
“El hombre es un lobo para el hombre”
Y por eso te escogí sin pensarlo  
Si voy a morir, a tu lado por favor
Me despido, de la mano de la diosa  
Que creó en mí el amor.
 
 
Sabor Amargo 

Llueve dolor hasta calar
Nace una flor negra de mi pecho
Así muere un adicto a amar
Y las quemaduras de tus cigarrillos
Sin ser rubia, recordaba a la cerveza
Eran amargos sus últimos besos
Sin ser rubia, recordaba a las estrellas
Pues fugazmente se llevó mi brillo
 
 

Biografía:

Mi nombre es Mario, y siempre he amado el arte en todos sus vertientes. Creo que es necesario ver arte en cada detalle de la vida para poder apreciarla como se debe. Tengo 22 años, y a pesar de siempre haber estado enamorado de la poesía; nos hicimos inseparables cuando rondaba yo los 15, cuando precisamente no era gusto sino terapia. Ahí aprendí lo que significaba “sangrar tinta” o “escupir lágrimas”. Aprendí a hacer arte del dolor y entendí que necesitaba escribir para sanar yo, a la vez que otros sanaban al leerme. Mi arte siempre irá de la mano de mis miedos, la pasión, las flores y sobre todo de la palabra “Mamá”. Ella, a la que le debo todo lo bueno que puedo tener; me inculcó la poesía, los valores y lo más importante; me enseñó a amar con el alma. Amar con pureza y corazón; y apreciar el arte desde ahí.

Más información:

Instagram: mariogv5

 




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