UN SUEÑO LLENO DE AVENTURAS Y MISTERIOS.
En un Colegio llamado San José, Ainara, una de las alumnas de ese colegio, se durmió en medio de la clase. Sus sueños eran muy raros, pero este, no era como los otros. Era un sueño lleno de aventuras y misterios. Aparecían Jairo, Gonzalo, Andrés, Antonio, Miguel, Carmen, Lissa y Ainara.
- Pero… ¡¿DÓNDE ESTAMOS!?– preguntó Carmen–.
- Buf… Pues no sé– dijo Andrés con cara de cansancio–.
- Esperar. Creo que estamos en un centro comercial, pero no uno cualquiera, uno abandonado– confirmó Antonio–.
- Ahora que lo dices es verdad– dijo Ainara–.
- ¿Vamos a buscar la manera de salir de aquí ya?, o que– dijo Lissa–.
- Venga vale – dijo Gonzalo–.
Los chicos fueron a investigar el centro comercial, querían salir de allí ya, pero lo que no sabían es que para poder salir de allí tenían que pasar muchos obstáculos.
- Joe, aquí no hay tiendas, en las cuales, podemos comprar– dijo Carmen con cara de decepcionada–.
- Bueno venga, vamos a salir ya de aquí– dijo Jairo–.
- Eso, dejaros ya de hablar y vamos a salir de aquí– dijo Antonio–.
- ¡Aquí hay mucha basura y polvo!– exclamó Ainara–.
- ¡ACHUSS!, soy alérgica al polvo– estornudó Ainara–.
Ahora sí, fueron a investigar todos juntos, sin querer separarse, por si pasa algo puedan estar todos juntos. No sabrían lo que podría ocurrir. En ese caso están muy atentos a lo que pasa por allí.
- Escucho ruidos– dijo Miguel–.
- Seguro eso es el viento, no te preocupes– dijo Andrés–.
- Sí, no seas miedica– dijo Gonzalo–.
- No, estoy seguro que eso no es el viento– dijo Miguel con cara de aterrorizado–.
- Em… yo tambien lo escucho– dijo Carmen–.
- Y yo– dijo Lissa–.
- Pues yo escucho música y no es mentira– dijo Jairo–.
- Emm…¡no miréis allí en el escaparate!– exclamó Ainara asustada–.
- ¿Por qué?– preguntó Antonio–.
- ¡AAAAHHHH! ¡MONSTRUOS O MANIQUÍES QUE SE MUEVEN!– exclamó Carmen muy asustada, se montó encima de Lissa de lo asustada que estaba.
- Te dije que no miraras– dijo Ainara–.
Lo que escuchaban los chicos era música, como dijo Jairo, él escuchaba música, y así era. Pero pasó algo que nadie se esperaba. Los maniquíes se movían, bueno, no se movían, ¡bailaban!
Había chicos que se asustaban o tenían miedo, como Carmen, que se montó encima de Lissa, o como Jairo y Antonio, que no tenían nada de miedo, bueno y los que tenían solo un poquitín de miedo como Lissa, Andrés, Miguel, Gonzalo y Ainara.
- Em… ¡Están bailando!– dijo Antonio–.
- Que guay– dijo Lissa–.
- ¿Qué tal si bailamos con ellos?, a lo mejor nos pueden dar alguna pista para poder salir ya de aquí– dijo Gonzalo–.
- ¿Seguro que no nos harán nada?, haber, si no nos hacen nada vale, pero si no no– dijo Carmen–.
- Pues… ¡A BAILAR!– exclamó Ainara–.
Se pusieron a bailar todos, porque lo que tenían seguro es que si bailaban con los maniquíes podrán conseguir alguna pista. Se divirtieron bailando todos juntos. Pero Carmen bailaba y a la vez sentía mucho miedo. Los maniquíes pararon de bailar y ya no se movían. Y así fue como consiguieron pasar un obstáculo de ese centro comercial abandonado.
- Creo que necesito gafas– dijo Ainara con cara de confusa–.
-¿Por qué?– preguntó Miguel–.
- Déjame tus gafas un momento Lissa, por favor– dijo Ainara–.
- Toma, pero ten cuidado, que te conozco– le dijo Lissa a Ainara–.
- WOW, no lo puedo creer, ¡no necesito gafas!– exclamó Ainara con cara de emocionada–.
- Enserio, Ainara, ¿estás bien?– dijo Andrés.
- Al parecer sí– dijo Ainara–.
- Osea, no he pedido las gafas para ver si necesito gafas, es que mirar, no sabía si estaba viendo bien, ¿vosotros véis también una puerta allí, como mágica?– preguntó Ainara muy muy emocionada–.
- Quee, ¡pues sí, lo veo!–dijo Jairo–.
- ¿Será que si pasamos por aquí saldremos ya de este centro comercial?– preguntó Gonzalo–.
- Pues si queremos saberlo vayamos a pasar ya, ¿no?– dijo Andrés–.
- Si...– dijo Miguel asustadizo–.
- ¡Vamos!– exclamó Jairo–.
Los chicos pasaron por la puerta pero lo que no se esperaban es a donde iban a llegar. Creían que por fin iban a regresar a su colegio, pero no, eso no parecía un colegio, y menos el suyo. Parecía que ese lugar al que habían llegado era también un sitio abandonado.
Había palomitas, pero podridas, ¡que asco! También había muchos asientos, pero también una pantalla gigante.
- No parece que estemos otra vez en el colegio– confirmó Antonio–.
- Ya, parece que estamos otra vez en un sitio abandonado– confirmó Lissa–.
- Hay asientos, refrescos, palomitas, ¡incluso una pantalla gigante!– exclamó Carmen–.
- Creo que ya se donde estamos, ¡en un cine!– exclamó Gonzalo–.
- Pero recuerda que está abandonado– dijo Andrés–.
- Ummm… ¡PALOMITAS!– dijo Ainara, y fue directamente a las palomitas para comérselas–.
- ¡QUE ASCO! Están podridas– Ainara escupió todo de la boca, porque las palomitas estaban podridas–.
- Anda que comerse las palomitas, que encima están en un cine abandonado– Miguel se toca la cabeza de ver a Ainara comiendo palomitas–.
- Bueno vamos a investigar este cine, que no me da muy buena espina– dijo Jairo–.
Una vez que los chicos sabían donde estaban, fueron a investigar ese cine abandonado. No les daba muy buena espina ese lugar. Los chicos no saben lo que va a ocurrir. ¿Qué obstáculo tendrán que pasar para poder regresar a su colegio?
-Vayamos a ver la pantalla, tiene que haber algo allí– dijo Andrés–.
- Si vamos, contra más rápido vayamos, más antes saldremos de aquí– le dijo Carmen a todos los del grupo–.
- ¿Ya no tienes miedo?, porque yo ya no tengo miedo– le dijo Miguel a Carmen–.
- Pues la verdad que ya no, no se que ha pasado, pero me habéis enseñado todos que con el miedo no se puedo hacer nada, si vosotros no estuvierais aquí, yo ahora mismo seguiría en el centro comercial– le dijo Carmen a todos los del grupo muy contenta–.
- Me alegro que estes mejor, ahora vayamos a la pantalla que allí debe de haber algo– dijo Gonzalo–.
Todos juntos fueron a la pantalla gigante a ver si había algo. La pantalla era muy rara, nadie se esperaba lo que iba a pasar a continuación.
- Siento como si algo me tragara las piernas– dijo Lissa–.
- Sí, la verdad que yo también lo siento– dijo Ainara–.
- ¡AAAH! Me voy adiooos, nos vemos ahora dentro de la pantallaa– gritó Antonio a todos, la pantalla lo estaba metiendo dentro de la película–.
- ¡AAAH! Nos lleva a todoos– dijo Jairo–.
- Hola, ya estamos todos juntos, menos mal– dijo Antonio–.
- Si, hola– dijo Miguel–.
- Que acaba de ocurrir– dijo Carmen–.
- ¡QUÉ GUAY!– exclamaron Gonzalo y Jairo a la vez–.
Nadie se esperaba lo que iba a pasar y menos Carmen. Las pantallas metieron a los chicos dentro de la película, ¿que tendrán que hacer los chicos para salir de esa pantalla y llegar por fin a su colegio?
- Vale, ahora lo que tenemos que hacer es averiguar qué tenemos que hacer para salir de aquí– dijo Andrés–.
- Esperar esto parece una habitación, pero estamos encerrados, ¿será que están haciendo una película para el cine?– dijo Lissa–.
- Que dices, no digas tonterías. Tendremos que buscar la manera de salir de esta habitación– dijo Antonio–.
- ¿Qué es esto? ha aparecido así de la nada– dijo Miguel–.
- Es un papel, léelo– dijo Gonzalo a Miguel–.
- Vale, parece que esto es una gincana– dijo Miguel–.
- Detrás de una flor, no está viva, busca en la pared y encontrarás el papel– leyó Miguel la pista que se encontró–.
- Se supone que hay que mirar en la pared– dijo Jairo–.
- Si, pero a una flor que no está viva...– dijo Carmen–.
- ¡YA SE! en el cuadro de allí a la derecha. Está en la pared, es una flor, y no está viva– confirmó Andrés–.
- Vamos– dijo Gonzalo corriendo hacia el cuadro–.
- ¡MIRAD! Aquí está, un papel– Gonzalo cogió el papel y se puso a leerlo–.
- Pelotas, más pelotas y muchas pelotas. Busca en las pelotas y encontrarás la pista– leyó Gonzalo la pista–.
- Em… ¿Y aquí donde hay pelotas?– dijo Antonio–.
- ¡En el cajón hay pelotas mirar!– fue Ainara hacia el cajón de la izquierda para ver si había pelotas en las cuales había una pista–.
Cuando se metieron dentro de la pantalla, se encontraron dentro de una habitación, pero lo peor de todo es que estaban encerrados. Había un candado en la puerta. Los chicos se dieron cuenta que lo que tenían que hacer para lograr salir de ahí era una gincana. Les aparecieron notas y fueron a los sitios donde les indicaba las notas. Cuando llegaban a un sitio, si el sitio al que iban era correcto encontraban otra nota para buscar el siguiente lugar. Para poder salir de allí tendrán que encontrar una nota con un código, y así ponerlo en el candado y salir de allí.
- Hay pelotas, mirar. ¡Aquí está la siguiente pista! La encontré– dijo Ainara muy emocionada–.
- Bien, ¿y qué pone?– dijo Lissa–.
- Debajo de algo. Tiene cuatro patas. ¿Qué será?– leyó Ainara atentamente la nota–.
- Para esto solo hay que pensar. Em… Una silla, claro– dijo Carmen–.
- ¡Vamos!– Carmen fue hacia las sillas y se puso a mirar por debajo de cada silla–.
- Aquí está– gritó Carmen–.
-Leela rápido– le dijo Andrés a Carmen rápidamente–.
- ¿Códigos?– dijo Carmen muy confusa–.
- ¡Por fin!– dijo Antonio–.
- ¿Qué pasa?– dijo Miguel–.
- Este es el código que hay que poner en el candado para salir de aquí ya– dijo Antonio–.
- Bien– dijo Jairo–.
- Vamos a poner el código– dijo Gonzalo–.
Los chicos por fin encontraron el código. Nunca habían esperado que este momento iba a ocurrir tan rápido. Pusieron el código y la puerta se abrió.
- Si no hubiéramos hecho esto en equipo nunca hubiéramos llegado hasta aquí– dijo Ainara–.
- Gracias a todos, ¡hacemos muy buen equipo todos!– dijo Lissa–.
Todos pusieron las manos en el centro y dijeron:
¡SOMOS LOS MEJORES!
Pasaron por la puerta y…
- Ainara despierta– dijo el maestro–.
- Ainaraaaa– dijeron todos los alumnos para poder despertarla–.
- Ho- hola, ¿y la habitación, y el cine?– dijo Ainara muy confundida–.
- Que cine ni habitación, estamos en el colegio, ¿estás despierta?–dijo el maestro a Ainara–.
- Si si, estoy aquí, lo siento por dormirme– dijo Ainara–.
Terminó el colegio y Ainara se dirigió a decirle a Carmen, Lissa, Jairo, Gonzalo, Miguel, Andrés y Antonio si querían ir al cine con ella…
- ¡Chicos! ¿Venís conmigo al cine a ver la nueva película?– le dijo Ainara a todos los chicos de su grupo–.
- Claro, ¿ a qué hora?– dijo Lissa–.
- Pues a mi me viene bien a las cinco, ¿y a vosotros?– dijo Gonzalo–.
- Si, a todos nos viene bien a esa hora– dijo Jairo–.
- Perfecto, nos vemos allí– dijo Carmen–.
- ¡Adiós!– dijeron todos–.
Fueron todos juntos a ver la nueva peli en el cine. Todavía no saben qué película es. ¿Cuál será?
- Vamos dentro, que vamos a llegar tarde– dijo Miguel–.
- Sí, venga– dijo Antonio–.
Dentro del cine, viendo la película…
- Esta película me suena– dice Ainara–.
- ¡Somos nosotros!– dijo Andrés–.
Y así fue como la película que hicieron dentro del sueño de Ainara salió en el cine.
Y…
¡FIN!
*
Breve biografía:
Ainara Rodriguez Piña tiene 13 años y es una gran lectora. Estudia en el IES Carlos III y es aficionada al baloncesto, formando parte del equipo del pueblo. De mayor quiere ser Psicóloga Deportiva. Ainara se define como alegre, divertida, amable y amiga de sus amigas.
Desde el Ateneo Cultural Almajar la animamos a seguir escribiendo.
Comentarios
Publicar un comentario